Mínimos elementales - María Aranguren

El libro -o el bosque- es el lugar donde habitan los lobos, los cuervos y los queridos monstruos de la infancia. También viven ahí las fábulas, los deseos irreductibles, los miedos invertebrados. Es en donde suelen perderse los niños sin fondo: frágiles como tiza, corpulentos, ligeros o con hambre de mañana.

El ayer trae recuerdos que, confío, ayudarán a completar las historias que en este jugar, brevemente, se narran.

Deambuelar entre las páginas, como atravesar un espejo, es correr un riesgo. Y sólo los riesgos entrañan un guiño con la aventura.

Género: poesía