Lo que nunca más se irá -Martí­n Ostiglia

No entramos en una librería para seguir midiendo y calculando; entramos en una librería para que nuestra mirada deje de ser igual. Por eso no debemos sucumbir a la leve frustración que nos produce nuestra finitud ante a los libros: esa idea de que es imposible que vayamos a poder comprar todos los libros que se encuentran a la venta, de que es imposible que nos alcance el tiempo para leerlos… Hay que enfocarse únicamente en el descubrimiento, y entender que ese descubrimiento puede provenir de lugares inesperados. O, para ser más preciso, que necesariamente viene de lugares inesperados, como el pequeño volumen que tienes en las manos.

J.D. Wallovits

Género: cuentos