El tiempo ilusionado - Paula Prengler

Tersa en la superficie, con una sutil e intensa complejidad subterránea, esta novela atrapa desde la primera escena y nos conmina a no escapar ni por un segundo de su universo, incómodo y, al mismo tiempo, entrañable. ¿En qué reside lo cautivante de El tiempo ilusionado? Yo diría que, más que en la trama –impecable— lo genuinamente original de esta novela está agazapado en sus personajes. No solo en Rubinstein, su inolvidable protagonista — marginal, hiperlúcido, amargo humorista, perdedor consecuente, solapadamente sentimental-; también en cada uno de los que constituyen su entorno y su pasado: el padre, irritante, arbitrario y un poco excéntrico; el psicoanalista, imperturbable; la madre, burguesa y militante; la primera novia; el hijo adolescente. Todos, sin definiciones externas, solo a través de su comportamiento y sus palabras, se nos revelan como seres contradictorios y tangibles: únicos. El talento de Paula Prengler para componer personajes es tan agudo que aun aquellos que cruzan esporádicamente por la novela –un quiosquero, varias mujeres citadas desde un sitio web, un mozo, la encargada de un cyber—muestran de un solo trazo aquello que les confiere su excepcionalidad.

Uno se va sumergiendo en ese mundo singular en que se debaten los personajes y poco a poco va descubriendo que, a contrapelo de la trama, se está tejiendo un singular testimonio histórico. Que, desde un costado inédito, se están narrando también los años setenta y las resonancias, en la época actual, de ese tiempo ilusionado. En suma, un libro complejo y lineal a la vez. Una novela que nos reconcilia con lo inquietante y lo placentero del puro acto de leer.

Liliana Heker

Género: novela